[Review] BMW Serie 1, el resultado de una reforma con sentido

[Prueba de manejo hecha previamente a la cuarentena de la Región Metropolitana] Este Serie 1 fue un jarro de agua fría para los seguidores de sus dos generaciones pasadas: abandonó la tracción trasera y los motores de seis cilindros, dos ingredientes que solían ser fundamentales en BMW. “¡Herejía!”, exclamaron muchos por redes sociales sin saber […]

[Prueba de manejo hecha previamente a la cuarentena de la Región Metropolitana]

Este Serie 1 fue un jarro de agua fría para los seguidores de sus dos generaciones pasadas: abandonó la tracción trasera y los motores de seis cilindros, dos ingredientes que solían ser fundamentales en BMW. “¡Herejía!”, exclamaron muchos por redes sociales sin saber realmente que este hatchback sobresaldría por los efectos de la nueva plataforma en su manejo y practicidad.

Por muy costoso que fuera ofrendar la tracción trasera, era algo que hacía mucho sentido para BMW. Con esta jugada aprovechan de amortizar la plataforma UKL de Mini (marca que se vende en relativamente bajo volumen) y se obtiene, gracias a esta, el espacio interior que siempre les faltó a las generaciones anteriores del Serie 1.

Francamente, en un inicio tampoco me convencía la idea. El Serie 1 era el único hatchback aspiracional con su esquema mecánico. Su diseño, si bien nunca conquistó a todo el mundo, era especial en su segmento por sus proporciones que gritaban “tracción trasera”. En fin, a muchos nos costó asumir el cambio. Sin embargo, tres días con este 118i me bastaron para deshacer los prejuicios.

La sorpresa de su manejo

En la gama del Serie 1 en Chile hay tres mecánicas gasolineras y una turbodiesel, todas con transmisiones automáticas. En este caso probamos una versión con el motor a gasolina menos potente: un bloque tricilíndrico turbocomprimido de 1.5 litros que entrega 140 hp y 220 Nm a las ruedas delanteras a través de una transmisión de doble embrague y 7 marchas.

Los números “en el papel” son un flaco favor para este tren motriz, porque podrían sugerir que se quedará corto de potencia y que sufrirá las vibraciones propias de un motor de tres cilindros. Pero no, en realidad es un tren motriz muy fino. Incluso tiene un sonido genuinamente interesante, como a un motor de seis cilindros en línea en miniatura, que, de hecho, es lo que es.

La suavidad de la transmisión y el correcto escalonamiento de sus marchas ayudan a aprovechar la fuerza del pequeño motor. Una vez pasadas las 1.500 rpm el 118i acelera con vigor desde el reposo y puede alcanzar los 100 km/h en 8,5 segundos, según declara BMW. Los adelantamientos a ritmo de autopista se hacen con menor contundencia, pero nunca, la verdad, será más que suficiente para la mayoría de sus usuarios.

Ojo, que el primer viaje con el 118i es un ejercicio de conocimiento. Su amortiguación es firme, aunque se traga bien las pequeñas y medianas imperfecciones de las calles, sin sacudir incómodamente la carrocería. El ruido de rodadura se hace bastante presente cuando se transita sobre asfaltos muy rugosos, especialmente sobre 100 km/h. No obstante, al segundo viaje ya se crea la costumbre a estas características.

El eje de pivote de la dirección está muy centrado, levemente más cercano al borde externo de la rueda. Esto ayuda al autocentrado de la dirección.

Ahora, lo mejor aparece al enfrentar curvas. Aun cuando la dirección está anestesiada de la condición del camino, es rápida y muy precisa. El eje delantero siempre tiene voluntad para cambiar de dirección rápidamente y el trasero le sigue sumisa y obedientemente. La carrocería inclina poco, incluso en frenadas fuertes debido a la geometría de suspensión anti-hundimiento. Dato curioso: inclusive en esta versión de baja potencia el Serie 1 tiene refuerzos estructurales en el vano motor y en el subchasis trasero.

Lo que da gusto es la sensación de dinamismo y, a la vez, de seguridad al momento de manejar el 118i. Los límites de agarre del chasis son inalcanzables con una conducción responsable en la vía pública, pero es justamente en esas situaciones que el auto parece siempre poder aguantar mucho más. Por otra parte, la efectividad del matrimonio motor-caja a la orden de un acelerador largo y modulable facilitan un manejo fluido a un paso acelerado.

Más “premium”, pero queda algún cabo suelto

Una de las principales ventajas de esta plataforma UKL2 es su mayor amplitud interior. Gracias a que el tren trasero ahorra un poco de espacio, ahora hay más sitio a lo largo y ancho para los pasajeros de atrás. El maletero creció y equipara a los del Audi A3 y el Mercedes-Benz Clase A, pero adolece de unas formas más irregulares y un desnivel entre la boca de carga y los asientos cuando estos se abaten.

Aunque se hizo un auto más viable para acomodar pasajeros y el respectivo bagaje, sigue sin ser un auto particularmente espacioso dentro de su categoría. Donde la mejora es más notoria es en la calidad percibida, producto del uso de mejores plásticos en toda la cabina. La solidez de los encastres es claramente superior a su contraparte de Mercedes-Benz y será, seguramente, una ceñida comparación con el Audi A3 próximo a llegar a Chile.

Los asientos son una mejora importante con respecto a la generación pasada, especialmente en las versiones más bajas. La variedad de ajustes los hacen acogedores para todo volumen corporal, salvo para las y los conductores que midan menos de 1,60 metros tendrán problemas para llegar cómodamente a los pedales. Con eso resuelto, es posible sentarse muy bajo, con las piernas extendidas y con la banqueta bastante reclinada, o bien, todo lo contrario.

En esta prueba de manejo tuvimos acceso a una versión en acabado Dymanic, mas esta ya no está disponible. Su rol de variante de acceso hoy lo ocupa el 118i Sport, que era el nivel de equipamiento siguiente. Esta reconfiguración de la gama solventa algunas faltas de equipamiento de importantes que tenía la Dynamic, como la carencia del control de velocidad crucero, el climatizador bizona, los espejos exteriores abatibles eléctricamente o los retrovisores fotocromáticos.

El consumo expuesto es producto de la sesión de fotos. Durante la prueba promediamos 13,4 km/l con un 60% de carretera y un 40% de ciudad en hora punta, aproximadamente.

La Dynamic usa el sistema de infoentretenimiento BMW Live Cockpit Plus, es decir una pantalla táctil central de 8,8’’ y un panel de instrumentos con un computador a bordo de baja resolución. La Sport, en cambio, emplaza un panel de instrumentos completamente digital y lleva hasta 12,3’’ la pantalla táctil.

Aunque la interfaz que ambos sistemas usan (iDrive 7.0) es muy intuitiva y fácil de usar tocando la pantalla, los mandos analógicos a un costado del selector de cambios son naturalmente más ergonómicos. En contraste, fue imposible conectar un teléfono Motorola a Android Auto. Lo intentamos con dos unidades del 118i y ambas no completaban la conexión. El proceso funcionó sin problemas con un dispositivo Samsung.

El audio por bluetooth también falló con el teléfono Motorola y sólo funcionó relativamente bien reproduciendo podcasts desde Spotify. Cualquier música, independientemente de la aplicación en uso, sonaba con intermitencia. Por otra parte, el sistema de audio de 100 Watt con 6 parlantes (de los cuales dos son woofers ubicados bajo los asientos delanteros) también deja algo que desear.

Mención aparte merece el asistente de reversa. Este sistema registra los últimos 50 metros avanzados para luego ofrecer el retroceso automático. El 118i retrocede y gira completamente solo trazando la misma línea por la que llegó a ese sitio. ¿Para qué sirve? Principalmente para ayudar al o a la conductora a salir de un estacionamiento estrecho. El auto tiene también un asistente de estacionamiento en paralelo y, lógicamente, sensores de proximidad delanteros y traseros con cámara de retroceso.

¿Es un buen BMW?

Ciertamente es un auto muy gratificante de conducir, pero sin la tracción trasera no es un BMW como se les conoce hace tantos años. Sin embargo, según comunicó el mismo fabricante germano a raíz de una encuesta de hace 11 años, un 80% de los propietarios del Serie 1 pensaba que su auto tenía tracción delantera. Por lo mismo, hoy podrían ser más relevantes que nunca el espacio y la tecnología ganados con esta nueva plataforma.

Y es desde ese punto de vista que la reforma a la que se sometió este hatchback hace sentido, aunque cause disgusto en algunos seguidores. Además, BMW ha sabido hacer un auto muy polivalente, con un claro talante dinámico idóneo para un uso urbano diario.

Vale aclarar que la versión Sport, hoy listada en $25.990.000, tiene una puesta a punto de suspensiones presuntamente más deportiva que la de la Dynamic. Es por esa diferencia que las apreciaciones de manejo plasmadas en esta prueba no son homologables con el 118i Sport. De todos modos, el resto de los elementos comunes hacen de este Serie 1 una buena opción aspiracional en su segmento.

Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.