Toyota trae las mejoradas Hilux y Fortuner en busca de volver a liderar el mercado

Primer lanzamiento del año en Toyota y comenzaron con el pie derecho: renovaron a su modelo más vendido, la Hilux, y de paso trajeron a su variante SUV, la Fortuner. Los cambios no son tantos a los modelos como lo son a la estrategia, pues el fabricante quiere volver a poner a su camioneta como […]

Primer lanzamiento del año en Toyota y comenzaron con el pie derecho: renovaron a su modelo más vendido, la Hilux, y de paso trajeron a su variante SUV, la Fortuner. Los cambios no son tantos a los modelos como lo son a la estrategia, pues el fabricante quiere volver a poner a su camioneta como el vehículo más vendido en Chile. Para ese efecto, ahora estos modelos están mejor capacitados para su uso particular y recreativo.

Con 5.972 unidades, la Toyota Hilux fue el segundo vehículo más vendido en Chile durante el 2020. Estuvo casi dos mil ventas por detrás de su competencia, la Mitsubishi L200, líder absoluto del mercado automotriz nacional y ahora su principal meta a superar.

El Fortuner, fabricado sobre la base mecánica de la Hilux, pero con lugar para 7 pasajeros, es líder en su segmento en Brasil y Argentina. En América central es un actor clave para Toyota, ya que junto al Land Cruiser Prado dominan el 60% de su segmento. Acá no ha tenido el mismo éxito, pero la marca aspira a duplicar las ventas del último par de años del modelo, lo que lo convertiría en el tercer SUV más vendido del fabricante en Chile.

Una mejor Hilux para la familia

Hilux es un ícono para Toyota: ya van más de 20 millones de unidades en casi 53 años. En Chile actualmente circulan más de 60 mil de esas unidades, lo que no es un mal número para un vehículo de trabajo con tantas generaciones. Esta es una muestra del principal valor que los usuarios de este producto reconocen: su gran fiabilidad.

Sin embargo, Hilux no siempre ha sido reconocida como un auto particularmente amable para un uso particular o familiar. Prueba de ello es que estos clientes son una minoría dentro los compradores de esta camioneta últimamente. Y ahí está el problema para Toyota.

“La verdad es que hoy la venta (de la Hilux) está en un 90% en flota (…) Estamos apuntando a vender por sobre 200 unidades mensuales en retail”, afirmó Jennifer Müller, gerente de producto y planificación de Toyota Chile. “La gran tarea para nosotros es capturar a ese cliente de retail que hoy no nos está prefiriendo”, agregó.

Toyota consultó a cerca de 80 conductores de Hilux en Chile su valoración de la camioneta y los puntos a mejorar a través de varios focus group. A esto se suman las más de 1.600 encuestas de satisfacción de venta y producto que hacen cada mes. Estos comentarios fueron parte de la retroalimentación con la que el fabricante retocó el modelo global y el regional, este último fabricado en Argentina desde donde llega a Chile.

Lo negativo es que los clientes de la versión de entrada de Hilux, la DX, no tendrán el rediseño estético. Según explicó Leonardo Sbarra, commercial managing officer de Toyota Chile, esa versión no lo necesita, pues así la quieren en las flotas. Sí a todas las versiones se les agregó el control de velocidad crucero y nuevos bujes de suspensión para mejorar la comodidad. Además, ya contaba con aire acondicionado, cierre centralizado, alzavidrios eléctricos y volante regulable en altura y profundidad.

Desde la SR se integra un sistema multimedia con Apple CarPlay y Android Auto y la versión tope de gama, llamada SRV, recibe nuevos focos de iluminación LED y llantas de 18’’ como parte del remozamiento. Por dentro esta última se distingue por el tapiz de cuero sintético y el climatizador automático de una zona.

Como primera impresión, el habitáculo es un lugar práctico y —aparentemente— durable. El espacio para la mayoría será correcto, salvo en los asientos de atrás para los más altos. La pantalla táctil queda baja y obliga a desviar la mirada del camino. Además, genera muchos reflejos y las letras del sistema se pierden en ellos, dificultando así su uso. Como es usual en camionetas, la palanca de cambios queda lejos del volante.

Sumamente positivos —especialmente ante la Mitsubishi L200— son sus elementos de seguridad. Cuenta en todas sus versiones con 7 airbags, control de estabilidad y tracción, control de balanceo del remolque, asistente de salida en pendiente y anclajes ISOFIX (salvo en la versión de cabina simple).

Tras el escándalo que generó la publicación de los colegas suecos de Teknikens Värld en la que la Hilux fallaba la prueba del alce y casi volcaba, Toyota actualizó la programación del control de estabilidad para evitar ese comportamiento.

Luego en Argentina hubo revuelo, pues allí esta solución no se implementó de manera estándar en el modelo. En Chile, sin embargo, sí llega con el control de estabilidad corregido, por lo tanto, las ruedas no deberían despegarse del suelo durante una maniobra evasiva.

El Fortuner, un SUV rudo

A diferencia de la Hilux, este modelo está completamente dedicado al mercado de particulares o retail. Si bien comparte sus entrañas y algunas cosas más con la camioneta de trabajo, adopta un carácter aspiracional en la familia de SUV de la marca, a un lado de Land Cruiser Prado, por sobre el RAV4 y algo por debajo de 4Runner.

En este caso la revitalización del modelo, aunque sutil, se aplica a todas las versiones. En el exterior cambiaron los parachoques, la parrilla frontal y los ópticos, ahora con tecnología LED, según versión. Los sensores de estacionamiento delanteros y traseros son equipo estándar, y las SRX introducen ventilación para sus butacas tapizadas en cuero y accionamiento electrónico del portalón.

El computador a bordo de 4,2’’ suma 3 funciones: un indicador de velocidad digital, un sensor del estado del filtro de partículas diesel (DPF) y un gráfico de la posición de las ruedas delanteras en tres ángulos distintos.

El primer acercamiento deja unas sensaciones muy similares a las que transmite la Hilux. En la segunda fila hay bastante espacio para las piernas, pero no mucho para las cabezas. La tercera fila es cómoda para llevar a personas de hasta 1,6 metros de estatura, aproximadamente. Se valoran las salidas de aire acondicionado en el techo para la segunda y tercera fila. Sin embargo, el diseño y la materialidad se quedan cortos para un vehículo familiar de su precio.

El equipamiento de seguridad es igual de completo en la camioneta e incluso llegamos a ver asistencias a la conducción por el sistema Toyota Safety Sense, como en el Corolla, pero sólo en la versión SRX turbodiesel. Este consiste en tres ayudas: control de velocidad crucero adaptativo, frenado automático de emergencia por posible colisión frontal y una alerta de cambio involuntario de carril.

A nivel de técnica, Toyota incorporó una electroválvula en la dirección hidráulica que permite tener una dirección asistida ahora más liviana a baja velocidad, pero más pesada al incrementarse la misma para mejorar la percepción de seguridad al volante. Sin embargo, este modelo no recibió cambios en su suspensión como sí los tiene la Hilux.

El cambio más profundo

La principal novedad para ambos modelos llega a nivel motriz. El motor turbodiesel 1GD-FTV, presente en las versiones más equipadas de Hilux y Fortuner, elevó sus prestaciones sustancialmente. Con sus 2.8 litros y cuatro cilindros ahora desarrolla 201 hp y un torque de 500 Nm en la versión automática, lo que son 27 hp y 50 Nm más que antes. Con la transmisión manual el torque máximo se queda en 420 Nm.

Este propulsor también tiene una mejor economía de combustible, según las mediciones del Ministerio de Energía. En la Hilux el motor 1GD con transmisión manual, por ejemplo, tiene un rendimiento de 11,9 km/l en ciudad, 15,3 km/l en carretera y 13,8 en ruta mixta. Estos números son cerca de un kilómetro por litro mejores que antes. Lo mismo se replica con el motor 2.4 turbodiesel de la camioneta, pero no con el 2.7 a gasolina de ambos modelos.

La optimización del motor 1GD es resultado de una mejor eficiencia térmica y una reducción del roce de sus piezas móviles. El sistema de refrigeración también fue revisado. Además, las versiones de Fortuner con este tren motriz tienen un diferencial trasero de deslizamiento limitado gestionado electrónicamente para mejorar la tracción.

Finalmente, la materia clave: los precios. Según explicaron Sbarra y Muller, Toyota mantiene las tarifas de las versiones DX de la Hilux, pese a que la actual tendencia del mercado es al alza. Esto es parte de su estrategia para la fidelización de su clientela de flotas.

Sin embargo, los niveles SR y SRV, que sí recibieron cambios sustanciales de estilo, equipamiento y mecánica, efectivamente llegan algo más caros. La gama de 8 versiones parte en $19.990.000 y culmina en $32.990.000.

En Fortuner la lista es más acotada con sólo 4 versiones. Entre estas hay una gasolinera que es precisamente la de entrada, sólo existente con transmisión automática y tracción trasera. Su precio es de $23.490.000, mientras que las otras, turbodiesel y 4×4, escalan hasta los $33.090.000.

Soy un tipo sencillo. Cuando chico me picó el bichito de la pasión por los autos y los síntomas todavía no se me pasan. Los efectos secundarios me llevaron a estudiar periodismo. Hoy estoy acá para entregarme a quienes leen a la naranja.